Si al pensar en darle uso a la carne picada solo visualizas la salsa boloñesa o las típicas albóndigas en salsa, es hora de recordar que este ingrediente puede dar muchísimo más juego con recetas además que saben a cocina casera familiar. Obviamente no hablamos tampoco de hamburguesas, pero tampoco de los más hogareños filetes rusos, sino de emplearla como ingrediente para rellenar, por ejemplo, unos pimientos.
Y con piquillos la cosa se simplifica aún más. La receta de pimientos rellenos de carne picada es un festín con el que triunfarás siempre que la prepares, que además puedes usar como plato principal en la comida, de plato único en la cena o como aperitivo o entrante en un menú de fiesta.
Elige unos buenos pimientos de piquillo de calidad, a ser posible con D.O. de Lodosa o de producción y elaboración nacional, de buen calibre, y manéjalos con cuidado para que no se rompan, aunque dos o tres ejemplares rotos son útiles para hacer la salsa.
Es una receta muy simple; se pocha la cebolla picada muy fina hasta que queda muy tierna, se cocina con la carne picada y se liga con harina y algo del jugo de la lata de piquillos. Con esta mezcla se rellenan los pimientos, que se colocan bien ordenados en una fuente de horno, y se cubren con una salsa triturando los ejemplares rojos con algo de nata líquida.
El toque de gratinado de horno corona un plato sabrosísimo que va a pedir buen pan para mojar y rebañar hasta la última gota de salsa y jugos del plato. Con una guarnición de arroz blanco sin más, o unas patatas fritas, tienes un menú completo para cualquier día.
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