No hay receta sin foto ni plato que se precie que no pase por el filtro de Instagram antes de ser devorado. Fotografiar la comida se ha convertido en un acto casi ritual, mezcla de estética, ego y ganas de compartir. Pero no todo vale.
La diferencia entre una foto apetecible y un desastre visual no siempre está en el plato, sino en la luz. Y en casa, la luz suele ser lo primero que juega en contra. Demasiado artificial, demasiado cenital, demasiado amarilla.
Para empezar, conviene elegir la zona más luminosa de la casa. Una ventana con luz natural suave es el mejor estudio que existe. La clave es que sea lateral, no frontal ni desde arriba. Las sombras también cuentan su historia.
Evitar los platos blancos sobre manteles blancos es un primer paso para que no desaparezca todo bajo la sobreexposición. Contraste de colores, texturas y algo de profundidad son los ingredientes invisibles de toda buena imagen.
No al plato solo
La composición también importa: colocar elementos alrededor del plato, usar cubiertos, servilletas o ingredientes sueltos. También cáscaras de ingredientes clave del plato o elementos auxiliares.
No hace falta montar una escena, pero sí construir un pequeño contexto. Lo caótico también puede ser bello si está pensado. El móvil puede funcionar perfectamente si se configura bien: nada de flash, mejor enfoque manual y cuidado con los filtros agresivos.

La naturalidad bien expuesta siempre parece más sabrosa. Los ángulos ideales son el cenital (desde arriba), el de 45º y el frontal bajo para platos altos. El truco es probar y repetir. Una foto de comida buena no sale a la primera. Ni a la segunda. La paciencia también se entrena.
Y sí, hay apps que ayudan: desde las que controlan exposición y balance de blancos hasta las que editan sin perder realismo. Lo importante no es hacer que el plato parezca otro, sino sacar su mejor versión y que no parezca el bocado más trucado de toda la red.
Foto | Marcus Aurelius y cottonbro studio
En DAP | Así es la nevera (vacía) de un padre separado: "Cervezas y un par de cosas caducadas"