Olvídate del insecticida. La verdadera revolución del huerto urbano tiene lunares y se llama mariquita. Estos pequeños escarabajos de colores no solo son adorables: son voraces depredadores de plagas.
Mientras algunos todavía se obsesionan con fórmulas químicas para salvar sus cultivos, otros han descubierto el secreto más natural y eficaz: atraer a estos insectos que se alimentan de pulgones como si no hubiera un mañana.
¿Y cómo se les convence de quedarse? La respuesta es floral. Las mariquitas sienten una clara afinidad por ciertas plantas, y ahí es donde entra en juego el diseño inteligente del huerto.
Las flores como el eneldo, el cilantro, la caléndula o la milenrama son auténticos imanes para estas aliadas. Además, son especies fáciles de cultivar y con un valor decorativo más que digno.
El experto en huertos del popular canal de YouTube La Huertina de Toni explica en su libro Vente al huerto que su presencia es gratificante porque se alimentan de uno de los principales enemigos de la huerta como son los pulgones.
"Su vida comienza cuando la larva emerge del huevo", detalla. Cuando son larvas de apenas unos milímetros, ya son perfectas máquinas de devorar pulgones y otros insectos de cuerpo blando. Bienvenidas sean. En realidad, cuantos más de estos ejemplares coma, más rojo será su caparazón.
Según prosigue, su vistoso color sirve de advertencia para pájaros y otros depredadores, y por si fuera poco, este aparentemente bonito insecto suela un líquido maloliente que echa a los pequeños depredadores. Al llegar el invierno se esconden bajo las piedras e hibernan.
Su presencia, un buen síntoma
Por todo ello, tenerlas en el huerto no es solo útil, también es un síntoma de equilibrio ecológico. Su presencia indica que el entorno es saludable, diverso y con buena circulación de vida.

Su ciclo de vida ayuda a mantener a raya a las plagas durante meses. Una sola mariquita adulta puede devorar hasta 50 pulgones al día. Lo que ningún spray consigue sin efectos secundarios.
Por si fuera poco, son simpáticas. Su forma, su color, su ritmo pausado... hacen que incluso los más reacios a los insectos las toleren. Hay quien dice que dan buena suerte, y no andan desencaminados.
Ahora bien, según el experto, para hacerlas llegar hasta el huerto se recomienda plantar caléndula, consuelda roja, azulejo, diente de león, menta, ajo, perejil, eneldo y geranios.
Aatraer mariquitas es una estrategia de cultivo, pero también un gesto poético. Un recordatorio de que la biodiversidad empieza en un balcón y que la naturaleza, cuando se le deja, se autorregula con elegancia.
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