No hace falta recurrir a productos tóxicos ni llenar el huerto de químicos para mantener las plagas a raya. En el mundo de la jardinería sostenible, el aceite de neem se ha convertido en un imprescindible, a la altura del famoso jabón potásico. Y no es casualidad: sus propiedades insecticidas y fúngicas lo hacen ideal para cuidar tanto macetas como cultivos.
Según el National Pesticide Information Center, el aceite de neem se extrae de las semillas del árbol Azadirachta indica, originario de la India. Es un producto completamente natural, biodegradable y no tóxico para animales, personas ni abejas. Su principal activo, la azadiractina, actúa como repelente y disruptor del crecimiento de los insectos.
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Cómo actúa
Este aceite no mata de forma inmediata, sino que actúa lentamente alterando el sistema hormonal de las plagas. Esto impide que crezcan, se reproduzcan o incluso se alimenten, lo que acaba con su población sin dañar el ecosistema.
Contra qué actúa
En concreto, esta ecológica solución es eficaz contra pulgones, cochinillas, mosca blanca, trips, ácaros y otros insectos comunes, un abanico de plagas que resulta de lo más común en el huerto.
Cómo se aplica
Su aplicación es sencilla: se diluye una pequeña cantidad en agua (normalmente de 1 a 3 militros por litro) y se pulveriza sobre las hojas y tallos, preferiblemente al atardecer. Se puede combinar con jabón potásico para mejorar su eficacia y adherencia.
Qué beneficios tiene
Uno de sus mayores beneficios es que no crea resistencia en las plagas, a diferencia de muchos productos sintéticos. Además, respeta la microbiota del suelo y puede aplicarse durante todo el ciclo del cultivo. Eso sí, conviene repetir el tratamiento cada 7-10 días o después de una lluvia.
Otras propiedades
El aceite de neem también tiene propiedades antifúngicas, por lo que se utiliza para prevenir hongos como mildiu y oídio. En estos casos, puede ser una alternativa o un refuerzo a tratamientos con cola de caballo o bicarbonato.
Qué características tiene
Su olor es característico y algo fuerte, pero es precisamente esa señal olfativa lo que mantiene alejados a muchos insectos. En huertos urbanos o terrazas, también puede servir como repelente de mosquitos.
Cómo se conserva
Como siempre, es importante utilizar productos de calidad, que indiquen el porcentaje de azadiractina y cuenten con certificaciones ecológicas. Un aceite de neem bien conservado puede durar meses sin perder propiedades.
En ralidad, el aceite de neem es una herramienta versátil, segura y natural que debería estar en el kit de cualquier aficionado al autocultivo.
Se trata de un aliado silencioso pero eficaz para mantener el equilibrio en el jardín sin renunciar a la salud ni al respeto por el entorno. Con este tipo de productos todo el mundo puede estar tranquilo.
Foto | Min An
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