Joel Calata
EditorTodo comenzó en 2021, cuando la chocolatería boutique emiratí FIX Dessert Chocolatier lanzó "Can’t Get Knafeh of It", una barra de chocolate inspirada en el postre árabe knafeh, que combina chocolate con leche, pasta kataifi y una generosa capa de crema de pistacho. Aunque inicialmente fue un éxito modesto, en diciembre de 2023 un video en TikTok acumuló más de 120 millones de visualizaciones, catapultando el producto a la fama internacional.
La viralización provocó una demanda masiva de este chocolate y sus imitaciones en todo el mundo. Marcas como Lindt y Läderach lanzaron sus propias versiones, y supermercados como Marks & Spencer, Lidl y Trader Joe’s introdujeron productos similares, desde barras hasta cremas para untar, sin embargo, lo que nadie esperaba, es que esta pasión por el pistacho traería consigo problemas de desabasto para cubrir la demanda de los fabricantes.
La repentina popularidad del chocolate de Dubái coincidió con una cosecha deficiente de pistachos en Estados Unidos, el mayor productor mundial. Además, la alta calidad del cultivo resultó en menos núcleos sin cáscara, que son los preferidos para la elaboración de productos como el chocolate, por lo que este desequilibrio entre oferta y demanda provocó un aumento en los precios de los pistachos, pasando de $7.65 a $10.30 por libra en un año.
Otro indicador de la alta demanda de este producto son las cifras que Irán tiene que ofrecer: como el segundo mayor productor de pistachos del mundo, sus exportaciones se incrementaron a los Emiratos Árabes Unidos en un 40% en los seis meses previos a marzo de 2025.
Aunque no todos coinciden en que el chocolate de Dubái sea el principal culpable de la escasez: expertos del sector de frutos secos señalan que, si bien la demanda ha aumentado, la producción global de pistachos podría alcanzar cifras récord de 1.16 millones de toneladas este año, lo que sugiere que la percepción de escasez podría estar amplificada por el marketing y la cobertura mediática.
Lo cierto es que, de acuerdo al Consejo Internacional de Frutos Secos y Frutas Deshidratadas, hay zonas productoras en las que se espera que el suministro sea menor, un ejemplo de ello es el estado de California, que puede tener su más baja producción de los últimos años, pero eso es normal: dado el ciclo de producción alternado del producto, una buena cosecha siempre es seguida al año siguiente por un "año de baja producción".
Más allá de ser una delicia para el paladar, el fenómeno del chocolate de Dubái ha puesto de manifiesto la interconexión entre las redes sociales, el consumo y las cadenas de suministro alimentarias.
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